Cajones en Perú Cuba y en el mundo flamenco.
Los antecedentes son los mismos; después de tantos años, existe a día de hoy, la controversia sobre el origen del cajón entre los defensores de Cuba y Perú. Sobre el tema Fernando Romero comenta que en Cuba existe el hermano gemelo que es percutido con las manos y baquetas. Las diferencias inciden en la postura que adopta el músico y en su técnica de ejecución. Otra diferencia notable está en la expresión de sus ritmos que son distintos. Hay que aclarar que en Cuba existió un cajón hermano gemelo que se percutía con las manos o con baquetas de madera. Fue bastante usada aunque ha desaparecido. En los bongoes del conjunto de La Sonora Matancera los timbalitos ejecutan el martilleo, pero con baquetas, lo que imprime un timbre peculiar.
Ahora bien, en Perú el cajón efectúa todo el desempeño rítmico; mientras que en la rumba los ritmos están distribuidos en dos o tres; dándole mayor importancia a la conversación entre cajones. Eso se debe a que en los cajones no se pueden delimitar los tonos entre ellos, por no disponer de un sistema de tensión entre ellos para la afinación como el que tienen las tumbadoras.
El conjunto instrumental rumbero está conformado por instrumentos de percusión y voces, a diferencia del afroperuano que combina instrumentos de percusión con instrumentos melódicos armónicos y voces.
El cajón flamenco, dice Rafael Morán, surge como adaptación evolutiva del cajón peruano. La diferencia consiste en el desempeño rítmico de ambos. Se asemejan en la posición que se yerguen del piso.
En suma, el cajón es un instrumento americano que se extendió por otras geografías, como dijo Fernando Ortiz.
En cambio, hay que mencionar que en la música cubana, ya existían cajones cuyos orígenes son muy similares a los que se dice de la tierra del Perú, simples cajas de madera para llevar o portar mercancías, cajas de embalaje o transporte, simples maletas…, que eran percutidas en diversidad de situaciones acompañando una música tradicional, improvisada, de trabajo… Tanto la morfología, como la tipología y materiales (diversas maderas, clavos, colas…) con la que se construyen los cajones, son muy parecidos.
Lo que se diferencian, como podremos observar del comentario de Orovio, son la forma de interpretación y ejecución de los mismos. En Cuba lo normal es tocar el cajón de diversa tipología y tamaño sobre las piernas o encima de las rodillas, percutiendo con las manos a ambos lados; existiendo únicamente un cajón (de toda la familia de tesituras), que la forma de interpretación es sentándose en el propio instrumento y golpear la tapa frontal y laterales del mismo. Existen en Cuba bailes muy arraigados que únicamente son acompañados por la familia de cajones, como en la rumba yambú.
La fabricación de los cajones es detallada por Fernando Ortiz afirma que los cajones eran clavados y ensamblados con sus juntas, lijados en todos sus bordes para suavizar los contornos y la ergonomía del instrumento. Una vez ensamblados, los introducían varias horas en agua, hinchándose la madera para luego soltar el agua al aire libre y en lugar sombreado; ya seco se podrían interpretar.